
Desprendimiento del Huascarán. Aquella vez se produjo desprendimiento de un bloque del nevado de Huascarán, a 5,000 metros de altura, provocado por el terremoto de 7,8 grados que se originó en las costas de Casma y Chimbote.Nada hacía presagiar esta catástrofe, pues la expectativa de todos los peruanos era grande por el esperado debut de nuestra selección frente a Bulgaria, en el Mundial de México 70, previsto para los primeros días de junio, pero de pronto la emoción se transformó en llanto y en un profundo dolor.
Muertos y desaparecidos. Desde entonces ha quedado una herida aún sin cerrar, pues ese nefasto 31 de mayo de 1970 a las 15.23 horas, al menos 70,000 personas murieron y de ellas unas 20,000 desaparecieron bajo toneladas de piedras y lodo. Asimismo, se contabilizaron 143,331 heridos hospitalizados y más de 3 millones de afectados.
Yungay. En Yungay, solo se salvaron los que corrieron hacia el cementerio de la ciudad, los niños que asistieron a el circo “Verolina”, y 300 personas que habían asistido al estadio. El fuerte sismo, que duró 45 segundos y que parecieron una eternidad, hizo desaparecer no solo Yungay, sino también pequeños pueblos vecinos al distrito de Ranrahirca. La intensidad en la zona del Callejón de Huaylas fue de grado VII-VIII, en Huarmey VII y en Trujillo VI-VII.
Asimismo, la desgracia llegó a Lima provincia, pues las ciudades de Barranca y Huacho, al norte, y Canta, Churín, Matucana y Cajatambo, al este, quedaron muy dañadas. Y hasta en Lima Metropolitana, el Palacio de Justicia acusó el golpe sísmico en dos sus pisos y, paradójicamente, el jirón Áncash fue la calle más afectada en el Centro de Lima, donde muchas casas antiguas se derrumbaron como si se trataran de una torre de naipes.